Integra el complejo del alto río Purmamarca, localizado en el Angosto de Huachichocana. Se trata de una gruta labrada por agentes naturales en la roca andesítica, de ocho metros y medio de boca por tres de profundidad. Es un buen refugio, pero la proximidad con el torrente del arroyo y la falta de luz solar directa fueron factores desfavorables para la ocupación humana. Sin embargo, el hombre prehistórico la habitó. No sabemos si en ella dejó sus restos culturales, pues una reciente incursión aluvional, muy compacta, destruyó la posibilidad de excavarla. El arte rupestre de esta cueva es interesante. Se lograron distinguir cuatro concentraciones y dos motivos aislados. Los colores empleados son el rojo carmín, el negro, el blanco, el verde azulado y el verde claro. Las pinturas aparecen muy altas, en sectores donde no alcanza un hombre de pie. Pero, también surgieron en alturas medias y bajas, en total contacto con el aluvión.
La temática de los diseños queda comprendida en algunos motivos abstractos y otros de representación evidente, como ser camélidos, un escudo y jinetes.
Respecto a la filiación cultural y cronológica, en esta cueva están presentes las modalidades estilísticas del periodo cerámico inicial (aproximadamente 500 años después de Cristo) y del hispano-indígena.

Este artículo es una adaptación de su homónimo, publicado por Alicia Ana Fernández Distel en Jujuy – Diccionario Arqueológico – Jujuy – 1997.